A las cosas hay que llamarlas por su nombre. Hace ya mucho tiempo que en este país nos acostumbramos a tergiversar los nombres, a cambiarlos, a no ponerle nombre a las cosas. Los cambios duelen y muchas veces sangran. Volver a mirarnos la cara en una Asamblea General es la posibilidad histórica de re-fundar nuestro hospital de una manera comprometida y consensuada. Entre todo el equipo de salud. Desde el que limpia hasta el que opera. ¿Por qué quién es el que opera sin el que limpia? ¿O el que medica sin el que asiste al paciente con esa medicación y lo atiende las veces que haga falta en el horario que haga falta? A las cosas por su nombre. Al miedo se le dice miedo y no traición. Se acusa a un colega a quien tengo el grandísimo orgullo de contar entre mis amigos y la suerte inmensa de contarlo como un colaborador inigualable. A la traición se le debe decir traición, pero convertirse de amigo en traidor, es un abismo demasiado grande en la vida de una persona como para juzgarla por habladurías. Además desde que ingresé en esta institución, por solo un año en el 2005, esta persona está defendiéndolo desinteresadamente porque lo considera su casa. Por si alguien duda de la honestidad y del compañerismo del Dr. Ariel Gómez, personalmente asumo su defensa. Nuestra defensa. Queremos mejorar este hospital. Desinteresadamente. Así como suena. Tenemos en la cabeza metida la convicción de que entre todos podemos soñar con un hospital de primer nivel en la provincia, con un polo sanitario que sea ejemplo de cambio en la Salud Pública Argentina. Pero para eso hay que tener testículos. Hay que tener ovarios. No podemos salir corriendo a señalar como traidor a uno de los colegas que más vale, solo porque tenemos miedo. Al miedo se le dice miedo y a las ganas de cambiar las cosas, de mejorarlas, de unirnos y tirar para un mismo lado se le llama CAMBIO y cambiar duele y muchas veces sangra. Están todas las cartas dadas. El 33 de espada se llama UNIÓN, la hembra tiene ovarios y el macho testículos. Eso es todo lo que hay que poner. La otra es irnos miserablemente al mazo.
Dr. Emilio Iosa
2) ¿Quiénes somos? Nadie, pero intentamos hacer algo.
La vieja costumbre argentina de hacer política en los bares, de cambiar las cosas tomando un cortado, de juzgar a la gente por el cartel que lleva y no por sus actos es una práctica que nos tiene sin cuidado porque no creemos que sea positiva. Y cuando escuchamos o nos preguntan despectivamente, quién es esa Fundación Deuda Interna para meterse con esto respondemos Nadie. Pero intentamos hacer algo.
1) En el año 2005 Emilio Iosa asistió al año previo de clínica médica en el Hospital Domingo Funes, e inmediatamente presentó un proyecto para investigar lo sucedido con el ala sur de dicho nosocomio.
2) Junto al cineasta Daniel Ribetti realizaron el documental Al Gran Pueblo Argentino Salud y tuvieron el honor de ganar el primer Premio en el Festival Internacional de Cine Médico organizado por la UNC y el Consejo de Médicos de la Provincia de Córdoba.
3) Fueron invitados a la república de Cuba por el Centro Nacional de Investigaciones Científicas y a Chile por la Universidad de Santiago, a hablar sobre la problemática del Funes.
4) Publicaron en la revista de la Escuela de Salud Pública de la UNC la problemática del Funes y la defendieron con uñas y dientes.
5) Se presentaron a congresos Internacionales de Salud Pública con la problemática del Funes.
6) Pidieron en la Legislatura de la Provincia de Córdoba informes, planos, avance de obras, y aclaraciones que hicieron públicas en medios periodísticos, radio, y TV.
7) Se convencieron un día que la revista hipócrita y banal que circulaba por los pasillos del Funes, diciendo que estaba todo bien y sonriendo de manera descarada ante el saqueo del ala sur, (reconociendo que tenía un excelente humor por su alto grado de cinismo) conocida por todos como Dominguito, se pasara a llamar Domingazo y se hiciera cargo de hablar sobre lo que consideran que hace falta hablar en esta institución.
8) Todo este revuelo se armó porque intentamos juntarnos, proponer cambios, mirarnos la cara y dialogar. SI NADIE QUIERE NADA. SI ALGUIEN QUIERE ALGO O SI TODOS QUEREMOS LUCHAR PARA NO SEGUIR CRITICANDO MIENTRAS NOS TOMAMOS UN CORTADO.
9) ESTAMOS ADEMÁS INTENTANDO CON MUCHÍSIMO ESFUERZO COMENZAR A SER “ALGUIEN” PARA PODER HACER MÁS POR ESTE PAÍS DE LO QUE, MODESTAMENTE, VENIMOS HACIENDO.
3) ALGUNAS PRUEBAS NECESARIAS.
Cuando el miedo se mete por las grietas del alma como se filtra el agua por algún techo del quinto piso; cuando la desesperanza crece como los yuyos y la humedad, que carcomen el edificio de kinesio o la capilla. Cuando algunos dedos apuntan desafiantes a un amigo buscando un culpable e intentando volver el tiempo atrás, pretendiendo no haber firmado ningún referendo; como si pudiéramos decirle al Dr. Mestre… Sr. Gobernador, no refuncionalice nada, que así estamos bien, porque tenemos la sospecha de que nos vamos a comer diez años de abandono y de saqueo…
Cuando la esperanza disminuye paulatinamente como las aberturas del ala sur (cada día que pasa hay menos y menos aberturas y esperanza), es entonces que algunas pruebas resultan necesarias. Para aclarar las cosas y para que no haya malos entendidos.
Y por eso vamos a adjuntar algunos papeles de manera que podamos, al menos, despejar dudas, generar esperanza y disminuir el miedo, aunque no podamos hacer aparecer aberturas, expulsar goteras, o secar soplando tantas humedades.
Por lo tanto, adjuntamos para dejar en claro, que en la Legislatura de la Provincia de Córdoba se entregaron a la Comisión de Salud en manos de su presidente, dos carpetas SEPARADAS, una con la firma de los empleados de este hospital, membretada con lo que se firmaba y se pedía. Otra carpeta APARTE con una PROPUESTA de proyecto de hospital que Fundación Deuda Interna redactó para colaborar y llegar a la Asamblea General con “algunas” (y esperamos sinceramente que haya muchas otras) líneas de discusión democráticas.
Como ALGUIEN sembró la duda sobre el Dr. Ariel Gómez, aclaramos personalmente a la Comisión de Salud de la Legislatura de la Provincia de Córdoba, que NO sumamos a los firmantes en ningún momento, y que NO QUEREMOS SUMARLOS.
Presentamos también una carta a la dirección de este hospital invitándolos a aclarar todo esto de manera que no nos manejemos con HIPÓTESIS sino con CERTEZAS. Por eso enviamos otra carta a la comisión de salud de la Legislatura de Córdoba esperando de esta manera mostrar la transparencia y la honestidad que con derecho reclamamos.
4) Rumbo a una Asamblea General:
Una vez aclarado el altercado o malentendido, hacemos borrón y cuenta nueva, e invitamos a TODOS a participar de una reunión a realizarse en sitio y horario a acordar. Decimos en sitio y horario a acordar ya que la Dirección de este hospital NO ha respondido a nuestra amable invitación y solo ha dicho oralmente que “Ni se nos ocurra organizar ninguna reunión”. (Rara reacción de quien tiene su conciencia tranquila, una actitud democrática y una amplia voluntad de diálogo).
Pero bueno, reunirnos lo que se dice reunirnos, es NECESARIO y por lo tanto sea donde sea y en el horario que sea hay que reunirnos. La cuestión es discutir tanto la fecha como las formas legales e institucionales para llegar a una ASAMBLEA GENERAL.
La IDEA sería llevar “alguna idea” de lo que se quiere cambiar dentro del servicio, en el área de trabajo, en la forma de hacer las cosas etc. Llevar ideas de lo que se quiere hacer y de lo que creemos que está mal. Hablar sin temor. Discutir sin recelos. Plantear todas las dudas y resquemores. De esa manera podemos llegar al final de todo esto y votar democráticamente una carta orgánica con un consenso amplio.
Pero por una cuestión de mínima dignidad sería bueno que TODOS LOS QUE FIRMAMOS ASISTAMOS..
Critiquemos, traigamos propuestas, ideas, denuncias, lo que se nos ocurra que pueda sumar.
Dr. Ariel Gómez
Dominguito y Domingazo
(la tira tragicómica de un sistema de salud de gente seria)
(la tira tragicómica de un sistema de salud de gente seria)
5) Mirarnos de Frente. Por Ariel Gómez
Esta carta se me ocurrió escribirla para mis amigos y compañeros.
Es decir, para toda la gente que confió en mí con su apoyo y con sus firmas con la esperanza de ver si podíamos hacer fuerza juntos para mejorar algo de nuestro hospital, de nuestra casa.
Jamás imaginé que ponerse al frente de este sueño me iba a traer tantos problemas y tantos dolores de cabeza, pero la verdad es que creo que sigue valiendo la pena.
Porque mas allá de que comprendo que haya miedo, confusión y duda,
sigue habiendo gente que en los pasillos me dice, dale para adelante Ariel, no bajes los brazos, no te canses.
Y a esa gente le escribo para dejar claro (y tengo pruebas de esto para mostrar ante cualquiera) que la puedo seguir mirando de frente porque estoy limpio. No traicioné a nadie. No sumé las firmas de mis compañeros a ningún proyecto ajeno a lo que decía la hoja de lo que se firmaba ni nada de eso que dicen de mí.
TODO ESTE LÍO ES PARA HACERNOS OLVIDAR DE QUE 180 DE NOSOTROS DIJIMOS QUE NO ESTAMOS DE ACUERDO CON LA GESTIÓN DE LA DIRECCIÓN, QUE QUEREMOS UNA AUDITORÍA Y UN LLAMADO A ASAMBLEA GENERAL PARA DISCUTIR ENTRE TODOS EL HOSPITAL QUE QUEREMOS.
Por eso yo no tengo miedo. Porque sé que puedo caminar por los pasillos de este hospital y mirar de frente, sin esconder nada. Soy el mismo Ariel de siempre, pero he aprendido algo importante. Que cuando el poder tiene miedo, cuando lo que puede perder es mucho más que los amigos porque ya los perdió hace mucho tiempo, actúa de esta manera: dividiendo.
Mientras tanto la verdad es que lo único que yo no quería perder era mi dignidad y honestidad ante quienes confiaron en mí.
Porque puedo seguir mirando de frente a mis amigos y a mis compañeros de trabajo y no sé si todos pueden decir lo mismo.
Dr. Ariel Gómez
Esta carta se me ocurrió escribirla para mis amigos y compañeros.
Es decir, para toda la gente que confió en mí con su apoyo y con sus firmas con la esperanza de ver si podíamos hacer fuerza juntos para mejorar algo de nuestro hospital, de nuestra casa.
Jamás imaginé que ponerse al frente de este sueño me iba a traer tantos problemas y tantos dolores de cabeza, pero la verdad es que creo que sigue valiendo la pena.
Porque mas allá de que comprendo que haya miedo, confusión y duda,
sigue habiendo gente que en los pasillos me dice, dale para adelante Ariel, no bajes los brazos, no te canses.
Y a esa gente le escribo para dejar claro (y tengo pruebas de esto para mostrar ante cualquiera) que la puedo seguir mirando de frente porque estoy limpio. No traicioné a nadie. No sumé las firmas de mis compañeros a ningún proyecto ajeno a lo que decía la hoja de lo que se firmaba ni nada de eso que dicen de mí.
TODO ESTE LÍO ES PARA HACERNOS OLVIDAR DE QUE 180 DE NOSOTROS DIJIMOS QUE NO ESTAMOS DE ACUERDO CON LA GESTIÓN DE LA DIRECCIÓN, QUE QUEREMOS UNA AUDITORÍA Y UN LLAMADO A ASAMBLEA GENERAL PARA DISCUTIR ENTRE TODOS EL HOSPITAL QUE QUEREMOS.
Por eso yo no tengo miedo. Porque sé que puedo caminar por los pasillos de este hospital y mirar de frente, sin esconder nada. Soy el mismo Ariel de siempre, pero he aprendido algo importante. Que cuando el poder tiene miedo, cuando lo que puede perder es mucho más que los amigos porque ya los perdió hace mucho tiempo, actúa de esta manera: dividiendo.
Mientras tanto la verdad es que lo único que yo no quería perder era mi dignidad y honestidad ante quienes confiaron en mí.
Porque puedo seguir mirando de frente a mis amigos y a mis compañeros de trabajo y no sé si todos pueden decir lo mismo.
Dr. Ariel Gómez
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